Thursday, December 15, 2011

Dracula review Oct 28, 2011

'Dracula' rises once more in Grand Rapids Ballet's Halloween production (photos)

Published: Friday, October 28, 2011, 12:30 AM
Grand Rapids Ballet Company presents Dracula
EnlargeStephen Sanford portrays Count Dracula with his coven of vampires Chelsea Clow, Laura McQueen and Rachel Riley in GR Ballet's production of "Dracula," opening Thurs. Oct. 27.(T.J. Hamilton | The Grand Rapids Press)Grand Rapids Ballet Company presents Draculagallery (14 photos)
GRAND RAPIDS - In your classic romance, boy meets girl, boy loses girl, boy gets girl back, they all live happily ever after, roll the credits.
In your Gothic romance, boy has only just gotten girl, villain steals girl away, boy defeats villain and recovers girl, two of the three live relatively happily ever after, at least until the sequel.
Therein lies the familiar tale of Bram Stoker's "Dracula."
Just in time for Halloween, Grand Rapids Ballet Company under artistic director Patricia Barker has brought to its stage a production of "Dracula," a ballet that's entertaining and well worth an evening spent in GRBC's Wege Theatre.
Voice over narration at the beginning gives the show off to a slow start, but the back story plus supertitles work well to advance the plot. Same for the choreography by Wes Chapman and Roger Van Fleteren in the original ballet first created for Atlanta Ballet.
"Dracula" is an evening of ballet of touching romantic moments between the young Jonathan and Mina Harker, the former danced by the heroic Nicholas Schultz, who descends into madness and back, the later graced by the incandescent Dawnell Dryja, who lights up any scene. The range of characterization both can handle continues to grow, and their opening pas de deux offered some of the night's best moments of pure ballet.
It's an evening of comical touches, courtesy of the explosive Kyohei Yoshida, as Renfield, transformed into a madman. There's a little boot scootin' from Steven Houser as a rowdy Texan, Quincy P. Morris.
It's a horrific tale anchored by Stephen Sanford in the title role, a strong dancer with the magnetism to capture and hold the audience's attention, helped in part by the willowy trio of vampire sister wives, Chelsea Clow, Laura McQueen Schultz and Rachael Riley, in an excellent tour-de-force of ensemble work with touches of individuality.
The choreography is well thought out, with its own vocabulary to illustrate Dracula's hypnotic skills at work, or three rivals for the affections of Lucy Westerna joining together in common cause.
Yuka Oba, as Lucy, was a beautiful dancer in every situation, whether flashing a glimpse of her fangs to the audience or remaining lifeless in a coma, passed through the air from grieving suitor to grieving suitor. Her Lucy was everything except a flirt.
Dave Naquin, a first-year apprentice, doesn't yet have the gravitas for the role of Dr. Van Helsing.
"Dracula" is constricted in part because it's not always clear when it's playing straight or when it's playing for camp. A cleverly constructed bed, revealing its secrets, suggested the former. Dracula's entrances in a cloud of fog clearly was the latter. When some of the audience is sitting spellbound while part is snickering into their programs, that's a giveaway.
Thomas Helm's original music, realized entirely on keyboards, is atmospheric and imaginative, with musical quotes from familiar horror films and unsettling waltzes. Piano is used to good effect. Long stretches of synthesized strings aren't pleasant at all.
Costumes with pleated, new-day skirts and muted mutton sleeves set the scene for the 1890s, necessary because sets were lean to leave room.
A fine corps de ballet filled the large stage with 28 dancers for the debutante ball with a solid performance of frivolity, disturbed by Dracula's appearance.
Sunday's show is sold out. Seating is limited tonight and Saturday night.
So will there be a sequel? Well, why not? Halloween, after all comes, back year after year.

Friday, December 2, 2011

Costa Rica's National Production of "The Nutcracker"

FUNCIONES SE EXTENDERÁN HASTA EL 11 DE DICIEMBRE

El mismo ballet, con nuevos bríos

El Cascanueces volverá a escena mañana al Teatro Nacional, en una producción independiente que reunirá a 150 intérpretes

La historia no ha cambiado, pero su coreografía fue remozada para ofrecerle algo distinto al público costarricense

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YENDRY MIRANDA ymiranda@nacion.com 12:00 A.M. 30/11/2011
El sonido de la celesta, los pies en puntas y los delicados movimientos de decenas de bailarines, anunciarán, mañana, el regreso de El Cascanueces al Teatro Nacional.
IMAGENES/FOTOS
 Wess Chapman no solo será el asesor artístico de El Cascanueces, él también interpretará al Drosselmeyer –padrino de Clara–, en algunas funciones.
La obra volverá luego de un año de ausencia al auditorio capitalino, por iniciativa de las coreógrafas Patricia Carreras y María Amalia Pendones.
Esta dupla, que se había hecho responsable del espectáculo por dos años, decidió asumir la producción de la obra de forma independiente, luego de que en el 2010 la Junta Directiva del teatro decidiera retirar el apoyo al montaje por “razones financieras y técnicas”.
“El año pasado, cuando no se pudo hacer El Cascanueces, fue muy duro para nosotras, porque sentimos que se detuvo un proceso, en el que estábamos desarrollando la danza clásica del país y el arte; lo que se detiene se estanca. Ante eso, nos pusimos a buscar la forma de sacarlo adelante, no quisimos encontrar culpables, sino sacarlo adelante”, aseguró Carreras.
Lo hicieron. Desde setiembre del 2010, las maestras de danza comenzaron a moverse hasta conseguir aliados como Interamericana de Producciones, que asumió parte de la realización del montaje.
Poco a poco, también lograron conseguir patrocinadores y el apoyo de aficionados al ballet, que compraron entradas por adelantado para sacar la temporada adelante.
De forma paralela, en mayo, las coreógrafas hicieron una audición que logró convocar a bailarines de todas las latitudes del país.
En total, seleccionaron 150 intérpretes de todas las edades.
En el elenco hay niños y jóvenes del área metropolitana y de regiones distantes como Liberia, San Carlos, Liberia, Acosta, Sarchí, Grecia y Orotina.
También hay estudiantes de danza de la Universidad Nacional y el Conservatorio El Barco, así como integrantes de agrupaciones independientes de teatro y danza.
Todos ellos se dividirán en tres castings de 80 personas, que bailarán a lo largo de las 12 funciones de esta temporada.
Intenso. Para prepararse, los bailarines han ensayado desde hace seis meses con las maestras, en clases según su rol en la obra, sus conocimientos en danza y hasta la región de la que vienen.
Pendones y Carreras han destinado cerca de 20 horas a la semana, exclusivamente, al proceso de los ensayos.
Ahora, ¿qué motiva a estas coreógrafas a llevar a cabo todo este trabajo? Sencillo, a abrir un espacio para la danza clásica en el país.
“Patricia y yo somos maestras, somos formadoras, compartimos muchas de las visiones de cómo formar una buena bailarina. Para nosotros, El Cascanueces es un proyecto de formación, que le da seguimiento a los talentos del país, porque en Costa Rica no hay suficientes espacios para los bailarines de ballet, no hay estímulos, no hay retos”, acotó Pendones.
En escena. El Cascanueces que el público verá el jueves y hasta el 11 de diciembre, en el Teatro Nacional, cuenta la misma historia; sin embargo, según explicaron Pendones y Carreras, ellas le hicieron una serie de cambios a la coreografía, con el objetivo de mostrarle algo distinto a aquellos que, año con año, las han acompañado.
De esta manera, en escena, el público verá la historia de Clara, una niña que recibe como regalo de Navidad un cascanueces.
Al irse a dormir, Clara se encuentra en medio de sueños con su cascanueces, que ya no es de madera, sino un príncipe encantador, que la defiende de un ejército de malvados ratones y con el que recorre lugares llenos de fantasía, donde ve danzas de todo el mundo.
“Cambiamos algunas cosas como la danza española, la rusa, e hicimos variaciones en la participación de los copos de nieve y en la pelea de los ratones”, dijo Pendones.
Como en todo ballet, este Cascanueces tendrá figuras principales.
En el caso de las mujeres, todos los roles serán asumidos por bailarinas costarricenses, entre ellas, Mariana Elizondo, Kristiane Feoli, Alejandra López, Johanna Castro Castro y Gina Chavarría.
Los roles masculinos serán asumidos por bailarines del American Ballet Theater II (ABT), quienes participarán en el elenco por intervención de Wess Chapman, quien fue su director hasta agosto, y que este año participará como asesor de Pendones y Carreras.
Los seleccionados para este espectáculo son los estadounidenses Alex Kramer, Lucius Kirst, Beau C. Fisher y el japonés Shu Kinouchi.
Según explicaron tanto Chapman como las directoras de este espectáculo, son jóvenes talentos que aspiran a convertirse en primeras figuras de la compañía principal del ABT.
Los directores enfatizaron que darle la oportunidad a las bailarinas ticas de compartir escenario con artistas del ABT II, es una oportunidad única y muy valiosa dentro de su proceso de formación.
Sobre las razones por las que el público debe volver a ver este ballet, Carreras explicó: “El ballet es emoción, es un arte que ha trascendido desde hace cientos de años por su belleza. El Cascanueces es una de esas historias que necesitamos en este momento, llena de valores universales como el amor, la justicia y la esperanza”.